“La Partida”
Me
siento solo, abatido, Pienso en esas navidades tan cercanas todavía, en la felicidad han debido sentir tantísimas personas. En cambio yo por la situación en que me
encuentro me engulle la tristeza, mi economía va mal, no encuentro trabajo,
las deudas me ahogan la probabilidad de que me arrebaten la vivienda por no
poder pagarla me aterra.
Pienso,
pienso y sigo pensando. La cabeza me estalla no encuentro salida saco un
tablero de ajedrez. Quizás eso haga que olvide por un rato esos pensamientos
que me están atormentando.
En
ese momento me doy cuenta de que estoy solo no tengo a nadie con quien jugar; En el fondo de la sala hay un espejo, se me ocurre la idea de sentarme enfrente
de el, así quizás al ver algún movimiento aunque sea de mi mismo no me haga
encontrarme tan solo
Veo
mi propia imagen reflejada en el espejo y segundos mas tarde desvió la mirada
hacia el tablero, Me quedo mirándolo fijamente y lo único que veo, (Quizás por
mi estado de animo) es el fiel reflejo de mi propia soledad
.
En
el tablero se encuentran todas las piezas del ajedrez las veo y mentalmente las
comparo con la sociedad. Personajes de todas las clases sociales reyes, reinas,
ministros, políticos etc. Sobre todo en lo que mas me fijo es en los peones,
que como en toda clase trabajadora son los que defienden, luchan y son los
primeros en caer.
Empiezo
solo la partida, mi primer pensamiento como todo buen ajedrecista es pensar
en las figuras más importantes de la partida y a las que te interesa liquidar
lo más rápidamente posible.
Intento
concentrarme y crear una estrategia pero no puedo, solo veo que a derecha y
a izquierda de las piezas mas
importantes se encuentran los alfiles, Pienso en ellos como si fueran
personajes reales Gobernantes o grandes empresarios que se encuentran junto a
los caballos, (que es como en la vida real se asemejaran a sus “grandes
cochazos” y estuvieran a su lado dispuestos a montarlos saltar por encima de
quien sea y salir cabalgando del país he irse a los paraísos fiscales, Y en las
esquinas se encuentran esas torres totalmente vacías, como si fueran torres de
viviendas que simbolizan los embargos, las familias en las calles, etc.. y por
ultimo miro al resto de las piezas Me doy cuenta de que todos las que están
delante son peones. Que son a los que primero les atacan saltan por encima de ellos o
se los comen “Me siento un peón”.
Levanto
de nuevo la mirada, veo mi imagen de nuevo reflejada en el espejo, no quiero
mirar, bajo los ojos, tengo miedo de empezar a jugar, incluso de que aunque
juegue y consiga dar jaque mate con esa pieza colocada estratégicamente que me
pueda hacer ganar la partida.
Pienso
que no estaré luchando contra nadie, si no contra mi mismo y al que le iré
intentando dando jaque mate no es al contrario, si no a mi.
Estaré
compitiendo conmigo mismo, Como lo estoy haciendo ahora con mis propios
pensamientos.
Después
me levanto dejando el tablero y las fichas intactas y pienso Para que jugar si
gane o pierda yo siempre seré el perdedor.
Oigo
sonar el teléfono, lo descuelgo.- Quien es.
Pregunto. Soy el Sr. Martínez le estuve haciendo una entrevista de
trabajo y le llamo para comunicarle que a sido usted admitido. Como ya hablamos
su sueldo será de 1.500€ mensuales Le espero el lunes.
Atónito
miro el tablero y pienso no hay que darse tan rápido por vencido, y mucho menos
pensar que eres un perdedor. Porque no sabemos nunca lo que nos deparara la
vida. Por eso
¡Siempre hay
que jugar la Partida!